El misterio de la Isla de Pascua

Los científicos tienen distintas teorías sobre las esculturas de piedra de cabezas humanoides (Moai) encontradas en la Isla de Pascua (Rapa Nui).

Según sus teorías, estas fueron construidas por las tribus polinesias que habitan la isla desde hace siglos, y representan las cabezas de sus dioses. Para construirlas, supuestamente arrasaron con las palmas de la isla para construir rampas en las cuales transportarlas a su lugar.

Otro misterio poco conocido es que algunas de estas cabezas han sido desenterradas para revelar que, de hecho, son esculturas enteras de pie a cabeza donde el resto del cuerpo está enterrado bajo tierra.

Por medio de una consulta a los Registros Akashicos podemos descubrir que estas esculturas no fueron construidas por los polinesios, sino que, asombrosamente fueron construidas por Lemurianos hace millones de años.

Los Lemurianos fueron la tercera humanidad que habitó en el planeta tierra. Esta humanidad fue la que más cambios tuvo en su biología: comenzaron con cuerpos muy maleables como el lodo, y podían adoptar todo tipo de formas. Se reproducían por medio de fisión.

A través de millones de años sus cuerpos se solidificaron más hasta no poder modificar sus formas, y se produjo la división de los sexos donde la cooperación sexual era necesaria para reproducirse.

Esta humanidad todavía no había formado la mente, el órgano más complejo que hasta la fecha todavía está en desarrollo en nosotros. Por lo que eran guiados en su evolución por maestros físicos y etéreos.

Se reproducían una sola vez por año, un año en aquella tierra que rotaba a distinta velocidad, equivaldría a varios años actuales. Cuántos precisamente es difícil de medir.

En la ceremonia se enterraban hasta el cuello durante semanas, meses quizás. De esta manera integraban las energías de la naturaleza en ellos. Era una retroalimentación e intercambio para preparar sus códigos genéticos. Después, hacían una danza junto con su pareja en templos sagrados, alineando sus energías para hacer el acto sexual y poder procrear.

Estos humanos eran colosos. Medían más de 10 metros. Eran el equivalente a dinosaurios humanos.

Ayer me conecté con los Registros Akashicos y fui instruido en realizar el procedimiento de enterrarme en la arena durante un tiempo (no fueron semanas ni meses) para recargarme con la energía del planeta.

Esta es el tipo de terapias que la Logia Blanca desea sean rescatadas para el beneficio de la humanidad.

Este y otros procedimientos serán compartidos durante el coaching de Masculinidad Consciente.

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